Inauguración «Donde habito» de Menchu Uroz

Como ya sabéis, en la Sala Rusiñol nos gusta celebrar años y este mes de mayo hemos llegado a la cifra de 39. Pues bien, para homenajear este 39 Aniversario hemos presentado la obra de Menchu Uroz, una artista catalana afincada en Madrid hace ya muchos años y que, por primera vez, presenta su trabajo de forma individual en la Sala Rusiñol.
Los asistentes han tenido el placer de compartir un rato con ella durante la inauguración y le han podido conocer un poco más. También hemos contado con la asistencia de su amiga de la infancia, Maria Sabi, quien ha hecho lectura del texto que la también artista Isabel Gutiérrez ha escrito para esta exposición: «Donde habito»

El texto es este:
«Conocí la obra de Menchu Uroz en una exposición que presentó en Madrid, en 2021. Aquellas imágenes, ambientadas en museos, llenas de magia y buen hacer, entraron por mi retina y se alojaron en mi memoria afectiva desde la primera mirada.
En los siguientes años he seguido de cerca su trayectoria, coincidiendo en diversas Ferias de Arte, asistiendo a sus exposiciones y manteniendo interesantes conversaciones sobre nuestros procesos de creación. He seguido paso a paso cada una de sus magistrales series, y he disfrutado de las incontables delicias visuales que nos regala en cada nueva obra. Por ello, es un placer estar hoy con vosotros a través de mis palabras, que intentarán adentraros en el universo de sus cuadros.
La serie que presenta Menchu en esta exposición es la continuidad de sus últimas temáticas: paisajes que recrean momentos y vivencias en diferentes ciudades o espacios imaginarios. En ellos combina admirablemente elementos y construcciones de la realidad con ensoñaciones surgidas de la naturaleza y de los objetos.
Para conseguir estos particulares ambientes, Menchu resuelve sus espacios con gamas de color poco saturadas, animadas por suaves azules, violetas, verdes, ocres y blancos. Pequeñas superficies de color más vivo realzan la ligereza del espacio circundante. Respetuosa con los cánones clásicos de la perspectiva, juega al mismo tiempo con montajes espaciales más libres, a modo de collage visual, que invitan a imaginar paisajes oníricos e incorpóreos. Emplea una técnica poco matérica, a base de tonos velados de óleo, que contribuyen a la sensación visual de transparencia y ensoñación.
Es de destacar la combinación entre los fondos de sus cuadros, que juegan con la abstracción, y los personajes, de apariencia figurativa, situados estratégicamente para centrar la mirada del observador.
Con un juego entre la planificación y la improvisación, Menchu crea unas líneas maestras de recorrido visual, que acompañan a la vista imperceptiblemente por toda la superficie del cuadro.
Los personajes que Menchu retrata viven y dejan vivir, observan, reflexionan, leen, juegan, se relajan, se asombran, respetando siempre la presencia y la libertad de movimiento de los allegados y los desconocidos. Son viajeros, deportistas, turistas, familias, algún despistado, todos intentando a su manera disfrutar de los paisajes que habitan.
En algunas de sus composiciones podemos ver figuras tocando suavemente esferas de luz suspendidas en el espacio, que parecen adquirir corporeidad precisamente por ese contacto. Creo que Menchu quiere simbolizar a través de estos cuerpos de luz, de estas esferas, que debemos cuidar y guardar como un tesoro las experiencias y sentimientos más puros y valiosos de nuestra vida en nuestra “esfera-corazón” particular. Menchu deja en suspensión muchas otras esferas en busca de su humano, por lo que presumo que nos anima a entrar en sus cuadros para alcanzar cada uno nuestra propia esfera, y guardar en ella lo mejor de nosotros mismos.
En otras obras comparte con nosotros diferentes vistas de conjuntos arquitectónicos de exquisita elegancia, que ella misma ha descubierto y disfrutado previamente, como la Casa Batlló, las chimeneas del edificio de La Pedrera, el Monasterio de San Cugat, las recreaciones de los leones alados del Parc de la Ciutadella de Barcelona, o el Palacio de Cristal de Madrid, siempre apuntalados con la mirada de sus característicos personajes.
Todo en la obra de nuestra artista alude al respeto por la conservación del espacio que habitamos, a la introspección y a la empatía entre los seres humanos.
Adentrémonos, pues, en los espacios habitados de Menchu, como Alicia hizo con el espejo, y situémonos silenciosamente al lado de sus personajes soñadores, dejando transcurrir el tiempo para intentar, como ellos, encontrar el secreto de nuestra propia identidad».

También estuvimos acompañados por la concejala de cultura del Ayuntamiento de Sant Cugat, la Sra. Núria Escamilla, quien destacó el esfuerzo de la galería por mantener más activo que nunca este proyecto que ya lleva 39 años.

Por su parte, el artista agradeció las palabras de la concejala y también dio las gracias al equipo de la Sala Rusiñol ya todos los asistentes.
Aquí dejamos la presentación al completo:
También la noticia emitida por TV Sant Cugat:
Fué una tarde llena de emociones y encuentros. También os recordamos que durante nuestras inauguraciones se sortea una obra original entre los asistentes. Aquí la imagen de la afortunada este día:
