Inauguración de Bellosta (11 Enero 2013)
Ignasi Cabanas, director de la Sala Rusiñol, da la bienvenida a los asistentes. Comenta que justamente ahora se cumplen 8 años de la última exposición de Bellosta en la Sala y quiso destacar que nos encontramos ante una obra diferente. “Se trata de una obra llena de optimismo y alegría donde la luz tiene un papel todavía más protagonista”.
José Mª Cadena: «El arte es una manifestación que proviene del espíritu. Bellosta es un gran pintor realista, pero un realista mágico, y la magia está por encima de la representación de las cosas. Cuando comencé a seguir la obra de este artista, y de esto ya hace muchos años, siempre quedaba cautivado por sus atardeceres, por el nacimiento del día, por el despertar de la naturaleza en relación al crecimiento del ser vivo. Un crecimiento pausado. En sus obras pasan cosas pero no están representadas. En sus obras se representan cosas que están dentro del espíritu”.
Bellosta, en un tono muy cordial, agradeció a los presentes su asistencia y les invitó a mirar sus obras con “cariño” porque en todos sus cuadros hay una participación generosa del artista que nos permite ver las cosas con otros ojos. Explicó que en estos 8 años ha habido un cambio: “Voy aprendiendo cosas y he evolucionado mucho. Antes no tocaba Venecia, ahora es mi ciudad fetiche. Me pasa igual con el Veneto. Mis cuadros no son oscuros, sino que intento sacar la luz de la oscuridad. Utilizo tantos colores como los que usa un pintor durante el día, pero diferentes”. El pintor nos animó a todos a descubrir la riqueza de matices diferenciados que salen de la oscuridad.
Iniciado el turno de las preguntas fueron numerosas las cuestiones que se le plantearon, especialmente las relacionadas con la luz. -«¿Cómo haces para captar estas luces tan efímeras?». -«Realmente estas luces duran pocos minutos pero todos tenemos oficio y, por tanto, tengo la capacidad de reproducir lo que he visto. En el estudio tengo que acabar las obras. Mis guías son pequeñas anotaciones en un cuaderno que me permiten trasladar a la tela las emociones que sentí en un momento determinado. La cabeza capta todo aquello que quizá no vemos».