Inauguración de Baqués (16 Noviembre 2012)
Ignasi Cabanas, director de la Sala Rusiñol, es el primero en intervenir en la presentación de la exposición de Josep Baqués “El poder de la imagen y el color”. Explica a los asistentes que Baqués es uno de los artistas que configuran el grupo seleccionado de pintores que quedan recogidos en el libro de los 25 años de la Sala Rusiñol. Tampoco deja de destacar las particularidades de su obra así como los numerosísimos seguidores que asisten a los «vernissages» cada vez que presenta una nueva colección.
Josep M.Cadena comienza su comentario crítico haciendo alusión a Petrarca y a la figura de Laura que le sirve para crear un paralelismo con las figuras femeninas que aparecen en muchas de las obras de esta exposición. Estas figuras femeninas tienen una gracia especial, un ritmo interno que hace que las cosas que las rodean queden como quietas. Son arquetipos, porque no representan a unas personas concretas si no que son la idea que nos queda a nosotros, como cuando sueñas.
Baqués trabaja con la imaginación. En los inicios tenía la necesidad de demostrar que sabía plasmar de forma fiel lo que tenía alrededor pero en un momento determinado el sentimiento se manifestó a través del color, de la acción, de la forma. La textura, el color y las formas son elementos que utiliza para establecer un agradable diálogo entre la obra y el espectador que, a la vez, nos permite entrar en un mundo surrealista con base figurativa. 
En el universo hay dos elementos muy importantes para mí: el caballo, en el mundo irracional, y la figura femenina, en el racional. Los dos son elementos perfectos y por eso son protagonistas en mis obras. Ahora bien, hay otros elementos como los pájaros, las frutas… que me ayudan a configurar la obra, a enriquecer el cuadro.
Hay mucha inconsciencia en mi obra. Soy consciente de que hay cosas que me han cautivado y eso se plasma en mi pintura, pero a posteriori, de una manera inconsciente. A modo de ejemplo, os quiero explicar que en un viaje que hice a Tokio, mientras paseaba por un parque, descubrí en el suelo unas hojas amarillas que me cautivaron. Eran las hojas del árbol Ginkgo Biloba, hojas que tiempo después han quedado plasmadas en mis obras. Todo es fruto del ver más que del mirar y de hacer tuyo aquello que la naturaleza te ofrece. Todo es válido para hacer arte siempre y cuando el resultado sea óptimo.
