Inauguración Miguel Peidro (7 octubre 2016)
Estamos en otoño e inauguramos una exposición mayormente de otoño. A Miguel Peidró le hemos preguntado si pinta también las otras estaciones. —«Sí, pero el verano es demasiado “mono-cromo”. Además, me gusta encontrar el equilibrio entre mis gustos y aquello que la gente me pide. Y me piden mucho el otoño»…
Miguel Peidró se estrenó en la Sala Rusiñol hace unos cuatro años. Es un pintor a quien le acompaña el éxito y la aceptación: hoy —viernes 7 de octubre— está aquí, pero acaba de inaugurar en paralelo en Madrid. Y no hace mucho —y en diversas ocasiones— en Taiwán y Japón. ¡Es un privilegio tenerlo nuevamente aquí!
De la reseña escrita por Josep Mª Cadena: «La vida, expresada de forma especial a través de la Naturaleza, existe desde mucho antes de la aparición del hombre, pero es éste quien, gracias a la inteligencia y la sensibilidad, ha conseguido fijar su belleza mediante aquello que hemos acordado en llamar arte. Y a esta labor se dedica con gran acierto el pintor alcoyano Miguel Peidro, que expone de nuevo en la Sala Rusiñol de Sant Cugat».
Ya en vivo, durante la inauguración, el Sr. Cadena comenzó por una aclaración: «Otros le llaman Peidro, pero para mí es Miguel Peidró, alicantino de Alcoy». Dicho esto, entró en materia: «Peidró nos evoca cosas, en concreto, la realidad que existe pero que tenemos la sensación de que se ha perdido, por la emergencia de las ciudades, con tochos, bosques quemados… Sin embargo, los lugares idílicos, la naturaleza, ¡no han desaparecido!».
Josep Mª Cadena todavía insistió en esta cuestión de la evocación: «A Miguel Peidró le gusta la naturaleza, y la visita, anda por ella, va tomando notas… Después las trabaja. El resultado son paisajes que existen, pero que en primer lugar han estado en los sentimientos del pintor. Cuando vemos sus cuadros nos decimos: —«¡Oh, esto lo he visto! ¿Dónde? ¡No lo sé!». Miguel describe profundidades, árboles, ambiente con nieblas de algún momento determinado, de algún momento máximo. Y nuestra imaginación se detiene, observa y participa de ello. Esto es lo que hace Miguel Peidró».
Peidró expresó su agradecimiento hacia la Sala Rusiñol: «La muestra ha quedado muy bonita». Nos explica que él quiere olvidarse de las tendencias y modas para poner toda su pasión en sus nuevas producciones. «Pinto aquello que me gusta, y ahí pongo todo mi corazón». —«¿Cuánto tiempo necesitas para pintar uno de tus cuadros?». —«Alrededor de un mes. Es un poco como la cocina: todo requiere su tiempo. A veces mi mujer me dice que ya basta…».