Inauguración de Vives Fierro (19 febrero 2010)
Con Vives Fierro y su imponente obra «Urbs picturata» ha llegado a la Sala Rusiñol un huracán de expectación, audiencia, reservas y ventas de arte. Con un ambiente familiarmente distendido, la tarde del 19 de febrero nos brindó la ocasión para conocer más de cerca a este buscador incansable y atrevido -liberado de toda imposición- que es Antoni Vives Fierro…
4 apuntes de… Vives Fierro. Siguiendo el «protocolo» de las inauguraciones en la Sala Rusiñol, nuestro colaborador Joseph Hostench le saca al pintor un perfil rápido. Las palabras también «dibujan» a un personaje. Y, ¡saltó la sorpresa de la tarde!: la cuna de Picasso fue una taberna regentada por uno de los bisabuelos de Antoni Vives Fierro. Luego nos lo contó con mayor detalle.
Desde el primer momento, el pintor se puso a disposición de las solicitudes tanto de los medios de comunicación como también del público. En la foto, uno de los momentos en los que Vives Fierro atendió a las preguntas realizadas por algunos de los asistentes a la inauguración.
Ignasi Cabanas decía haber perdido la cuenta de las veces que Antoni Vives Fierro ya había expuesto en la Sala Rusiñol. – «Ya no lo recuerdo…». – «Pues yo sí: ¡seis veces!», apuntó de inmediato el pintor. Se vivía el ambiente de alegría de un momento esperado. Al ceder la palabra a Josep Mª Cadena, Ignasi no se pudo contener ante el enorme bagaje de este periodista y crítico de arte: «Es el número 1».
Josep Mª Cadena no deja pasar una: «Antoni es el number one, Cabanas el number dos y yo el «número pi»»… Entrando en materia, «el arte es comunicación y, dentro de la comunicación, la pintura es lenguaje. Es también una manera de afirmarse de las personas. Los cuadros de Antoni Vives Fierro son de aquellos que «miran» y «hablan», y facilitan la comunicación colectiva. Antoni es, como persona, un hombre activo y dado a los demás. Y con su pintura hace lo mismo. Mira, habla y comunica lo que siente con franqueza».
«Urbs picturata», ciudad pintada, es un título que tiene su historia. Viene de otra exposición presentada el 2004 en la Residencia de Investigadores. La de ahora es distinta, pero apunta a lo mismo: Vives Fierro parte de las ciudades como organismos vivos y las representa poniendo su voluntad llena de experiencias. «Las obras de Antoni ofrecen una personalidad plural y dinámica, hecha a medida que pasa el tiempo, con construcción y destrucción a la vez; con carteles y rótulos que han llegado no se sabe bien cómo, pero que si fueran sacados se echarían de menos porque miran y hablan dentro de un conjunto que es primordialmente comunicativo desde las formas y los colores».
«Ahora hablaré de Cadena. ¡Ya estoy harto de que Cadena hable de mí…! El number one es Cadena. Hace falta imaginación para afirmar lo que ha dicho de mi obra: cuando pintas no piensas todas estas cosas (…). Cuando pinto hago una propuesta: podrá gustar o no. Luego lo que cuesta es vender los cuadros. Bueno, ¡lo que más cuesta es cobrarlos!». -Momento en el que Ignasi Cabanas interrumpe: «En la Sala Rusiñol los cobramos!». -Responde Vives Fierro: «Sí, pero yo no trabajo sólo para la Sala Rusiñol… De todas formas, eres la única galería en la que expongo cada dos años: lo hacéis bien y me encuentro bien».
El dato sorpresa de la tarde: Vives Fierro nos explicó que «ahora, por lo del incendio, está de moda el pueblo Horta de Sant Joan. Mi familia es de allí. Mi bisabuelo era el propietario del bar del pueblo. Allí aterrizó Picasso a sus 19 años. Llegó acompañando a un amigo suyo que estaba enfermo y necesitaba reposar en el campo. Y se quedaron 9 meses. Hizo un retrato de mi bisabuelo, que ahora está expuesto en Estados Unidos. Picasso volvió a Horta de Sant Joan más tarde…, sería el año 1908 o 1909 y allí «nació» el cubismo».
Llega el turno de las preguntas al pintor. -Él se defiende: «Que pregunten a Cadena, que lo sabe todo». – «¿Hace cuadros sin usar el collage?». – «Desde hace veinte años siempre uso el collage. A veces más, a veces menos». – «¿Su hija? ¿Ha aprendido alguna cosa de su padre?». – «No, ella es como una ventana que abres y entra aire fresco: no se deja influenciar. Los jóvenes quieren «prisa»: por eso cada vez hay más salones y exposiciones de fotos…». – «¿Y sus nietos?». – «Son pequeños. Del niño, hasta que no tenga dieciséis o dieciocho años no sabremos…».
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