Nos espera una «post-crisis» muy interesante
«El arte de sacudirse la crisis con el Arte» es la sección que recoge nuestros diálogos con Joseph Hostench, asesor de estrategia. Los temas (economía, crisis, consumismo, ahorro, inversión en Arte, etc.) son abordados espontáneamente, al hilo de nuestras preguntas.
Sala Rusiñol: A veces, nos preguntan por las previsiones económicas que nos anticipaste en mayo.
Joseph Hostench: Se están cumpliendo, más o menos.
A los amigos de la Sala Rusiñol quizá les gustará saber qué significa «más o menos»…
¡Bueno! En breve: las llamadas «economías emergentes» (Sudeste asiático y China) están tirando fuerte y en Europa reina un clima de franca recuperación.
¿Recuperación? ¡Aquí no se nota!
Se notará.
¡Dios te escuche!
Sí, también llegará aquí. Pero tardará aún un poco. En Europa -sobre todo, Alemania y Francia- la recesión se ha superado, incluso antes de lo previsto. En España vamos con medio año de retraso.
Entonces, ¿cuándo?
Como siempre y en primer lugar, hay que advertir que la crisis va por barrios, es decir, cada sector es y será cada sector. Lo segundo: podemos distinguir como tres etapas en la superación de la crisis.
¡A ver!
Primera: estabilización de los mercados financieros. En este aspecto, en España nos hemos ahorrado grandes sustos que han tenido otros países. Pero sí que es verdad que aún tenemos los bancos en estado de cautela: no prestan dinero fácilmente. Pero, en fin, el mercado bursátil, la bolsa, sube y se recupera desde hace meses, como en otros países avanzados.
¿La segunda?
La reactivación de la actividad económica. Ahí es donde ya llegaron hace algunos meses Japón, Francia y Alemania. Afortunadamente, EE. UU. y otros países europeos, muy probablemente, estén entrando ahora en esta fase.
¿Afortunadamente?
¡Hombre, sí! Hay que alegrarse del bien de los otros. Pero, además, esta buena noticia -sin duda- nos beneficiará mucho también a nosotros.
España, Catalunya: ¿nos acercamos a esta etapa?
Sí, sin duda, pero con retraso: hay «resaca» y los desequilibrios acumulados han sido grandes. En todo caso: claramente, la recesión está retrocediendo; el decrecimiento económico se está moderando. Me atrevería a asegurar, como se dice por ahí, que «lo peor ya pasó».
¿Seguro?
Yo diría que sí. En pocos días podremos volver a confirmar este dato. El 12 de noviembre dispondremos del denominado «avance del PIB» correspondiente al tercer trimestre (julio-agosto-septiembre). De hecho, algunos indicadores económicos parciales van apuntando esta tendencia.
Y…, ¿la tercera etapa en la superación de la crisis económica?
Lo que todo el mundo desea y espera: la estabilización del mercado laboral, es decir, la recuperación del empleo. Eso tarda más: el paro sólo empieza a reducirse cuando se supera y se permanece por encima de un mínimo de ritmo de actividad económica.
¿Cuál es ese mínimo?
Para España se suele convenir que es el 2% de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).
¿Cuándo será?
Mmmm… Probablemente nos acercaremos a lo largo del segundo semestre del 2010; más bien hacia final del año. Mientras tanto, lo más seguro es que crezca todavía el paro (¡ojalá no sea mucho más!).
Entonces es difícil que la gente no se angustie y se anime a comprar…
Sí y no. Está claro que en la calle aún no hay percepción de la mejora económica del país, pero esa mejoría a nivel «macro» (es decir, a nivel general) irá llegando progresivamente a los hogares. ¡Quizá antes de lo que esperamos!
Pues es una pena que este «retraso» lo pague la gente…
Este «retraso» es casi inevitable: eso es así. Ahí hay que destacar algo: lo mismo sucedió con la llegada de la crisis. La crisis a nivel general e internacional empezó muchísimo antes de que lo percibiera la mayoría de población.
¿Cómo es eso?
Claro, claro: cuando el PIB de un trimestre es positivo pero menos positivo que el del anterior trimestre, estamos ya en un «conato» de crisis: ahí ya hay un retroceso, aunque el nivel de paro -o de ocupación- quizá no se note. Eso empezó a suceder en España a mediados del 2007. Más aun: la bomba estalló en USA en julio-agosto de ese año, cuando empezaron las fuertes convulsiones en los mercados financieros, vamos, en las bolsas. Aquí hemos tardado muchísimo en tomar conciencia de la crisis, a pesar de que se veía venir.
¡Pues sí que viene de lejos la cosa!
Pues lo mismo podemos decir acerca de la recuperación económica: ¡viene de lejos!, aunque tardemos algunos meses en percibirla en nuestros hogares.
Así que, ¡hay esperanza!
Por supuesto. Más aun: ¡nos espera una «post-crisis» muy interesante!
Y, ¿eso?
Triunfarán los auténticos «artistas». ¡Ésa es mi tesis!
Gracias por el cumplido. Pero suena a ironía.
No es una ironía: es una verdad como una catedral. Tampoco es una idea nueva en nuestras conversaciones. Ya lo dije: «Hay que tomarse la vida con Arte».
Pues ya nos gustaría aquí vender más cuadros…
No, no se trata de eso. Tranquilos: iremos recuperando los niveles de venta ante-crisis. Pero ahora me refiero a otra cosa.
¿A qué?
Quiero decir que el entorno económico-social será más exigente: habrá menos facilidades para los «mangantes», «chupópteros», perezosos, chapuceros y «absentistas», es decir, los que viven del «cuento», de la especulación y de las trampas, sin aportar valor añadido alguno. Repito: triunfarán los que sean «artistas».
Entonces, según tu teoría, nuestros artistas no son los «artistas», o, ¿cómo va eso?
«Nuestros artistas», como dices tú, son y deben ser un modelo para el resto de los profesionales. El verdadero artista es un «artífice» porque contempla, capta, interpreta, crea, representa, comunica y nos invita a contemplar y a reflexionar. Eso es un artífice y… ojalá todos trabajásemos con este espíritu y esta ética.
Sí, lo de la ética parece importante…
Pues, ¡claro! Todo profesional debe ser un artífice. Pero he ahí el drama o el reto: el artífice es, antes que nada, artífice de sí mismo, de su propia vida. Me explico: uno se convierte en lo que hace, o como se suele decir, «uno recoge lo que ha sembrado». Eso es así inexorablemente. Pongo un ejemplo: el que «crea» mentiras, no solamente «crea» mentiras, sino que, además, se convierte en un mentiroso. Es posible que alguno pueda ir tirando a base de «chupar del bote»: el verdadero drama es que se convertirá en un «chupóptero». Y las empresas, lógicamente, no quieren ni querrán «chupópteros», menos aun después de esta crisis.
Así que se avecinan tiempos exigentes.
Habrá que «trabajar y trabajar bien». Precisamente, la baja productividad pesa sobre nuestro sistema económico: rendimos poco porque abunda la cultura de la subvención y del pelotazo. ¡Vida fácil! Pero la realidad es que la vida no es tan fácil: después no podemos exportar porque somos poco competitivos ante los otros países.
Vaya, ¿sugieres que la crisis en algo nos aprovechará?
Sí, en todo eso la crisis económica nos va a ayudar mucho. Repito: nos espera una post-crisis muy interesante. Se está imponiendo un «saneamiento» fuerte: habrá trabajo para quien trabaje bien. Las empresas -estoy seguro de eso- volverán poco a poco a contratar profesionales: pero serán exigentes y seleccionarán mucho. Ahora tienen la oportunidad de hacerlo y no la desaprovecharán. Los «chupópteros» se van a quedar en la calle. ¡Tal como suena!
Una curiosidad: ¿puede haber artistas (de los nuestros) que sean «chupópteros», es decir, que no sean verdaderos «artífices»?
¡Difícil! Un «artista de los nuestros» debe crear, comunicar y gustar. Si no, no vende… y se acabó. No hay mucho margen para el «cuento». Mira, me gustó mucho lo que Josep Mª Cadena nos contó de Joan Martí. Empezó siendo «portadista», es decir, ilustrador de portadas de novelas. Por ahí tenía un futuro asegurado. Pero eligió otro camino: se lanzó al mundo de la pintura, lo cual significaba arriesgarse ante cada cuadro y ante la vida. Y triunfó: pero tuvo que triunfar cuadro tras cuadro, exposición tras exposición. ¡Eso es un artista!: un artífice de la belleza y de una belleza que alegra la vida a los demás.
¡Hombre!, suena bien eso de alegrar la vida a los demás.
A eso vamos: el auténtico artífice, el que triunfa a largo plazo -a corto uno puede dar el «pego», pero sólo a corto- es el que aporta valor añadido con su trabajo. Es decir, el que realmente presta un servicio útil a los demás… y así les alegra la vida. En nuestro sector eso está muy claro.
¿Ah, sí?
¡Sí, hombre! Vosotros mismos me comentasteis el año pasado que cuando un pintor gusta mucho, el público responde, ¡aunque haya crisis! Lógicamente, la recesión económica se nota, pero no es menos cierto que cuando una obra es muy buena también se nota.
¿Seguiremos?
Sí, claro.
Pero si se acaba la crisis, se nos acaba el tema.
¡En absoluto! Siempre habrá «crisis» porque siempre habrá la necesidad de aspirar a ser mejor artífice. Además, la amenaza de «dormirse» siempre está ahí: por eso se producen las crisis, porque todos o casi-todos nos «dormimos».
Varias veces te hemos oído lo de que «todos o casi-todos se han (o nos hemos) equivocado»…
Pues habrá que dejarlo para la próxima ocasión…
¿Para la post-crisis?
Sí, para la interesantísima post-crisis que se nos avecina.
Otros capítulos de «El arte de sacudirse la crisis con el Arte»:
- Para sacudirse la crisis: mejor «volar» que arrastrarse
- «No hablo de crisis en el Arte, sino de Arte en la crisis»
- «Ni todos están de crisis, ni la crisis es igual en todos»