«Grandes Maestros en la Sala Rusiñol»
A partir del jueves puedes visitar esta exposición que presenta una cuidada selección de obras con las que recordaremos a los artistas: Joan Abelló, Ceferí Olivé, Josep Sala, Aguilar Moré y Josep Verdaguer.
Hasta el 14 de marzo puedes visitar en la Sala Rusiñol una exposició con la que recordamos históricos artistas de la galería y que bajo el título de «Grandes maestros en la Sala Rusiñol» te permitirá hacer un recorrido por los trabajos de estos pintores que ya forman parte de la historia del arte reciente.
Abelló Prat, Joan (Mollet del Vallès, Barcelona 1922-2008)
Empezó a pintar, de forma autodidacta, influenciado por la obra de Joaquin Mir de quien aprendió la vigorosidad del color. Estudió en la Academia Baixas y en el Real Círculo Artístico, del que fue presidente a partir de 1993. Conoció a Pere Pruna de quien fue discípulo y aprendio la técnica del mural y el grabado. El año 1946 conoció al pintor Carles Pellicer y de él heredó el sentido creativo que caracterizó toda su obra. De esta larga convivencia, 14 años, surgirá el libro «La hora del té». Su primera exposición individual data del año 1942. A partir de aquella fecha expuso en las principales galerías del estado y del extranjero. También fueron numerosas las distinciones que recibió, así com fue nombrado miembro de la Societé National des Beaux Arts de París. Miembro del Círculo Maillol y organizador del Salón de Mayo, el año 1996 hizo donación al municipio de Mollet del Vallès de su colección de arte, creando la Fundación Municipal Joan Abelló que gestiona el Museu Municipal Joan Abelló, inaugurado el año 1999. Su obra está presente en numerosos museos y es extensa la bibliografía que se le ha publicado.
Olivé Cabré, Ceferino (Reus, Tarragona 1907-1995)
Estudió en la Escuela Municipal de Reus con el pintor Tomás Bergadà y en la Lotja de Barcelona. Tuvo como profesores, entre otros, a Félix Mestres. El año 1929 trabaja para la Exposición Universal de Barcelona como cartelista y decorador. Más adelante trabajaría también como decorador teatral en los talleres de Vilaró i Valls. Viajó con sus pinceles por muchos lugares de Europa tocando prácticamente todos los temas: bodegón, marinas, escenas navales, urbanas, temas ferroviarios… Entre las distinciones que le fueron otorgadas: Primer Premio de la Agrupación de Acuarelistas de Cataluña, 1932, Primer Premio Nacional de Acuarela, Madrid, 1942 i 1947, Medalla Fortuny, Reus, 1942 i 1943, Medalla de Honor de la Exposición de Bellas Artes, Madrid, 1953 y Medalla Gaudí, Reus, 1995. El año 1985 le fue otorgada la Creu de Sant Jordi y el 1990 el Ayuntamiento de Reus le nombra Hijo Ilustre de la Ciudad y le dedica el nombre de una calle el año 1992. Fue Socio de Honor de diversas agrupaciones de Acuarelistas. Reconocido como prestigioso acuarelista de pincelada ágil, ejecución rápida y gran colorista de ricos matices, encontramos abundante e interesante obra suya en el Museo Comarcal de Reus.
Sala Llorens, Josep M. (Barcelona 1928 – Altafulla, Tarragona 2010)
Cursó estudios técnicos en la Escuela Industrial y en la Llotja de Barcelona. Inicialmente se dedicó al diseño publicitario donde obtuvo numerosos premios. Realizó su primera exposición el año 1950. A partir de 1975 se dedicó exclusivamente a la pintura y a partir de aquel momento expuso en las principales galerías del país. A nivel internacional, participó en numerosas exposiciones en Francia, Japón, EEUU… El año 1993 participó en la exposición itinerante organizada por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya. El 1997 formó parte de una exposición itinerante de la Pinacoteca Municiapl Llegat Francesc Galí. En el año 2000 se le dedicó una exposición itinerante en homenaje por Cataluña. A través de su pintura, Josep Sala consiguió una expresión nueva que le permitió llegar a otra en la que la realidad lograba su abstracción: no aquella que se manifiesta mediante gratuitos juegos de manchas, sino la que dentro del informalismo puede organizar y expresar realidades más allá de su dicción formal. Representó con elegante dinamismo los paisajes menos conocidos de Tarragona y también captó la actividad de la pesca.
Aguilar Moré, Ramon (Barcelona, 1924 – 2015)
Discípulo de Oleguer Junyent, con quien aprendió el dibujo a pesar de que se consideraba autodidacta. Más tarde se trasladó a París. Realizó su primera exposición en la Sala Rovira de Barcelona, y, desde entonces, de una forma ininterrumpida, presentó exposiciones en diversas galerías de Barcelona y del resto del Estado. Internacionalmente había expuesto en Londres, Ginebra, Nueva York, París, Chicago, Montecarlo, Los Ángeles, Luxemburgo… Obtuvo numerosos premios y distinciones, como la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Palma de Mallorca, Sant Jordi Diputación de Barcelona, Premio de Pintura de los II Juegos del Mediterráneo… Su obra figura en el Museo Contemporáneo de Madrid, Museo de Cadaqués (Gerona), Diputación Provincial de Barcelona, Museo Reina Sofía de Atenas (Grecia)… A lo largo de su trayectoria artística su obra pasó por diferentes etapas: naïf, expresionismo, cubismo y realismo. Construía los cuadros desde una base esteticista. Hábil con el dibujo, creó una atmósfera de neo-romanticismo. Figuras de adolescentes, temas urbanos, interiores, orquestas de jazz… conforman un universo pictórico donde no falta la solidez de una estructuración que se mueve entre el rigor y una sensación de movimiento, de cosa que está viva.
Verdaguer Coma, Josep (Barcelona 1923-2008)
Estudió en la Academia Tárrega y en la Academia de Bellas Artes de Sant Jordi. Recibió lecciones de ilustres profesores, como Amat, Muntaner, Labarta… En las aulas se relacionó con alumnos que acabaron triunfando como él: Jaume Muxart, Carles Nadal, Cadena, etc. El año 1951 marchó a París para perfeccionar sus conocimientos de arte y de vuelta a Barceloba ganó una beca del Instituto Francés. Más tarde realizó un viaje de estudios por Europa visitando los museos de Alemania, Holanda, Dinamarca, Suecia, Bélgica y Francia. Autor de diversos murales en iglesias y edificios públicos de toda Cataluña, en el año1973 se le otorgó la Medalla de Oro del Distrito de Sant Andreu. Su pintura quiere ser testimonio de su entorno. No busca temas espectaculares sino los modestos: los suburbios, los barracones de la playa y los jardines humildes. Su pintura destaca por la veracidad y la autenticidad, por un admirable registro de los efectos lumínicos y por el cálido sentido humano de los paisajes plasmando una naturaleza humana, urbana o rural simple, sin sofisticaciones, con un toque de melancolía. El año 2001, a propuesta del Distrito de Sant Andreu, recibió la Medalla de Honor de Barcelona.
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