Inauguración Luis Pardo (9 junio 2017)
¡Por fin le podemos tener entre nosotros!». Con estas palabras, Ignasi Cabanas da la bienvenida a Luis Pardo. Es la primera vez que expone en la Sala Rusiñol, Nacido en Matián (Granada) el año 1953, sin embargo es valenciano de adopción. Vive en Alicante i se ha dirigido a nosotros en perfecto valenciano.
Con el título “Sueños de mar”, expone unos cuadros —marinas, podríamos decir— que dan fe del feliz encuentro pictórico entre la luminosidad procedente del antiguo Al-Ándalus y las aguas que conforman el Mare Nostrum.
El Sr. Josep Mª Cadena define Luis como un “marinista” que interpreta el mar de la costa mediterránea. «Interpreta porque nos interpreta a nosotros. Conocemos el mar… Nos quedamos impresionados por las diferentes escenas que se suceden cada momento en el mar durante las horas del día… Olas que vienen, olas que se vuelven. No son movimientos de la tierra, sino que son el reflejo de nuestras almas, de nuestros sentimientos».
«El artista ha entendido perfectamente que el mar, muy a menudo, es un espejo de nosotros mismos. Y así, contemplamos superficies líquidas en estado de quietud, que recuerdan los momentos en que todo funciona en nuestro interior y estamos en paz con el entorno O bien escenas tempestuosas, en las que se impone la agitación y la violencia desmedidas. El astro sol, en forma de gran ojo, es protagonista impertérrito de estos cambios de humor en los que las olas pasan con facilidad de suaves caricias que acunan a bofetadas furiosas que castigan» (de la reseña de Josep Mª Cadena).
El artista agradece las palabras del crítico de arte y la acogida de la Sala. Ignasi Cabanas consiguió que Luis nos relatara un recuerdo personal: desde joven —pongamos unos 15 años— sintió la inclinación por la pintura. Vivía en Francia. En una galería ofreció una reproducción que él había hecho de un cuadro de Francisco Ribera. Luis recuerda lo que le dijeron: «Usted será muy buen copista, pero aquí necesitamos artistas. Cuando usted sea creador, aquí nos encontrará…». Él no lo ha olvidado y ¡aquí le tenemos!: «Un hombre celebrado por la crítica, por las exposiciones que ha realizado» (Josep Mª Cadena). Y, en efecto, sus cuadros tienen un sello propio: «Intento interpretar la naturaleza a mi manera».
A propósito del “mar furioso”, alguien entre el público ha dicho irónicamente: «Si colgara todos estos cuadros que hay aquí, yo no sentiría ninguna angustia, me sentiría muy feliz». Es un comentario que refleja el estado anímico que respirábamos en la Sala. Y una pregunta obligada: —¿Pintas directamente en el exterior o…? Él respondió: —«Hago unos apuntes y lo completo en el estudio. El mar cambia por completo según el día y la hora. Hay que interpretar la naturaleza. Así puedo plasmar mi forma personal de interpretar el mar».