Inauguración de Lluís Roura (4 Mayo 2012)
Veinticinco años —que largamente hemos celebrado— más otro año (que muy rápido ha pasado) suman los 26 Años que hoy cumple la Sala Rusiñol. Para la gran ocasión, también un gran pintor: Lluís Roura, con la extraordinaria exposición que tiene por título «Las Cuatro Estaciones» (en directa alusión a sus cuatro grandes cuadros que tienen en conjunto este mismo título). Con razón ha apuntado Josep Mª Cadena: «Nunca se acaban los paisajes conocidos cuando éstos han sido interiorizados y se llevan dentro como verdaderas muestras de identidad creativa».
Ignasi Cabanas: «Agradecemos la presencia de Lluís Roura entre nosotros: un pintor extraordinario, hijo adoptivo del Empordà. Tenemos hoy el honor, la gran suerte de poder celebrar nuestros 26 Años con él. Creedme: traerlo aquí es algo extraordinario, nos ha costado lágrimas, sudores, lloros, noches sin dormir…, ¡es terrible, es terrible! Entonces, cuando llega aquí, te lo revuelve todo. Se lo permitimos porque como Lluís roura no hay ninguno más: es de los pintores que ha de quedar como muestra de su generación, de lo que han hecho todos los grandes pintores de su época… ¡Esto se tiene que celebrar con la puerta bien abierta!».
Lluís Roura: «Agradezco a la familia Cabanas —Victòria e Ignasi— que me hayan escogido para celebrar esta fecha tan significativa: los 26 años de esta galería de arte. Yo también he querido hacer una aportación «distinta»: he traído «Las Cuatro Estaciones» aquí a Sant Cugat… También deseo agradecer al Sr. Cadena su magnífica presentación. Él forma parte de la última saga de críticos de arte. Me ha gustado mucho el escrito que ha hecho para el catálogo, porque habla de esta cosa externa del paisaje, pero también ha hablado mucho de esta intimidad del alma del paisaje, vinculándolo un poco a la espiritualidad que vivo y que incorporo, marcada particularmente por mis numerosos viajes a Tierra Santa…».
«La exposición se basa en «Las Cuatro Estaciones». Antes, el Sr. Cadena hablaba de cosas que no valoramos cuando las tenemos, como la salud, que la valoramos cuando nos falta. Cuando pinté estos cuadros de las cuatro estaciones, yo me veía muy mayor, pero cuando lo recuerdo resulta que tenía sólo 35 años: ¡era una criatura! Me quedo sorprendido de la fuerza y energía que tenía entonces. «Las Cuatro Estaciones» fue una suerte de síntesis del Empordà. Yo, en el fondo, durante casi todo el año pinto las cuatro estaciones. Mi tarea es salir con el coche, hago kilómetros y planto el caballete allí donde encuentro la luz… Esta energía te la da la pintura. Me ha complacido mucho poder traerlo aquí en Sant Cugat».