Inauguración de Kiku Poch (25 febrero 2011)

Con una audiencia que daba gozo, Kiku Poch se estrenó en la Sala Rusiñol («Paisajes vividos»). Era la primera vez, pero no lo era del todo, ya que se respiraba en el ambiente una suerte de recuerdo… Y es que Kiku es hijo de pintores: ahí estaba su madre —conocida como Josefina Ripoll—, una veterana de nuestra Sala.

Particularmente interesante resultó el perfil rápido «4 apuntes de… Kiku Poch». Durante aquel tiempo ya sobresalió la impronta artística familiar del pintor. También la viva percepción que, desde pequeño, interiorizó del paisaje mediterráneo, percepción impregnada por los recuerdos de las salidas a pescar con su padre en Menorca, con una barca que se llamaba «Josefina»… No es en balde que la exposición se titula «Paisajes vividos».
Josep Mª Cadena: «Mientras admiraba los cuadros de Kiku, un señor me ha dicho: «Hoy sí que me gusta la pintura». Y es que ésta es una pintura sentida. El pintor ha de conocer su oficio y tiene la obligación de saber sacar de su interior los sentimientos que le causan las cosas. Es el caso de Kiku Poch. Las obras de hoy describen una serie de cosas que él ha visto y que, sobre todo, ha sentido».
Es un honor para la Sala Rusiñol poder acoger sagas de pintores. En este caso, «pintor y pintora lo fueron los padres, y lo es, igual que él, una hermana suya. Pero, tanto el pintor Poch Romeu como la pintora Josefina Ripoll, abrieron caminos a cada uno de los hijos, y cada uno de ellos les siguió como mejor le pareció. Por eso puedo decir que Kiku Poch es plenamente libre en las interpretaciones del Mediterráneo, y que su figuración es propia, sin romper nunca con lo que afectivamente le rodea» (de la reseña de Josep Mª Cadena).

Kiku Poch tuvo un sentido agradecimiento hacia la Sala Rusiñol y por las palabras del Sr. Cadena. «Aquí tenéis una muestra de lo que hago, es decir, pintura figurativa: soy un gran defensor de ella. Parece que el tiempo de las rayas… cada vez queda más atrás y que vuelve la figuración. Y lo que veis son temas mediterráneos: Mallorca, Menorca, la Provenza, las islas griegas… Todos tienen en común el Mediterráneo, por su luz y color. Dicen que mi pintura transmite alegría: deseo que esta alegría llegue a todos vosotros».

En el turno de intervenciones de los oyentes, se avanzó la madre del pintor. Josefina Ripoll quiso remarcar que toda la familia Poch ha tenido sed de pintar y de colores. Y, a propósito de los colores, le preguntaron al pintor si todos los cuadros habían sido pintados a la misma hora, pues todos tienen la misma luz romántica y cálida. En efecto, respondió, muchos de los cuadros que vemos son de la misma hora del día: del atardecer.

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