Hay realidades que, aparentemente, son inermes, como el desierto, la nieve… También la piel de las frutas. Parecería que ahí no pasa nada. Pero la ciencia, y también el arte, descubren que se trata de realidades vivas. Brugalla capta y muestra la vida —llena de belleza y textura— del universo de la piel de las frutas. Por eso, no está de más preguntarse: «…¿Y de postre?».
Ignasi Cabanas, director de la Sala Rusiñol, transmite la bienvenida al pintor. Después de la celebración de nuestros 25 años, con los
«50 doces», estrenamos temporada con Josep Brugalla. Es la segunda vez que él expone con nosotros, y lo hace con temas que tienen un aire innovador, dentro de su estilo perfeccionista y de pintura cuidada hasta el detalle.
El Sr. Josep Mª Cadena nunca desaprovecha las circunstancias del día para enfocar los temas: «Hoy —me han dicho— es santa Tecla, la patrona de los pianistas, organistas (¡supongo!). Ella es la santa de la armonía. Esta exposición la deberíamos poner bajo el patrocinio de santa Tecla porque es armoniosa, sensible, combinando volúmenes, colores, formas y las esencias de las cosas…».
Como es habitual, la explicación de Cadena remonta desde la pintura hasta el tema del hombre y de su sociedad: «Brugalla es un pintor experimental, que ha dado muestras muy significativas de su dedicación a la Naturaleza como una referencia muy remarcable sobre lo que es el ser humano en relación con su entorno (…). Los boles con frutas de Josep Brugalla expresan la riqueza de la vida en su conjunto».
Las palabras de
Brugalla fueron, sobre todo, de agradecimiento hacia el «timonel» de la Sala Rusiñol y de su equipo, Victòria y Carme. También agradeció a Cadena la nota crítica que redactó sobre esta exposición y que tenemos
publicada en nuestra web: «Explica mi obra tal como yo quisiera explicarla: lo ha hecho muy bien. ¡Leedla!».
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