Inauguración Cruañas (9 mayo 2019)
Mayo es el mes del aniversario de la Sala Rusiñol: en esta temporada cumplimos 33 años exponiendo pintura figurativa. Y tenemos la alegría de celebrarlo con una exposición que se titula así: “Cruañas, 50 Años de pintura”. ¡Una doble efemérides!
El Sr. Josep Mª Cadena ha destacado esta circunstancia: «El propietario de la Sala lo ha dicho: llevan dedicados a la pintura unos 33 años. Y eso se coincide con Cruañas que cumple “medio siglo” de pintura… En el fondo, Cruañas ya era pintor —ya exponía— cuando ellos crearon la Sala Rusiñol en el año 1986. Mi primer contacto con Josep Cruañas fue en 1985, en la Galería Comas» .
La creatividad de este artista ha sido marcadamente alabada por nuestro crítico de arte: «Por lo que se refiere a Cruañas, sobre el que he escrito desde 1985 en diecisiete ocasiones, siempre me parece que empiezo de nuevo (…). Él es, a mi parecer, un creativo que sabe encontrarse consigo mismo y que siempre pone de manifiesto nuevas cualidades en los temas que más le interesan. Busca y sigue hasta que conecta con el tintineo misterioso de la novedad en el ambiente que ha escogido» .
Un aspecto particularmente entrañable de esta inauguración ha sido el encuentro de tres pintores, todos ellos muy conocidos en la Sala Rusiñol. Además del artista que exponía, han estado presentes Benet Sarsanedas—viejo amigo de Cruañas— y Juan Antonio Tenorio, el cual ha realizado una “pregunta de artista” «—¿Cuándo decide el pintor que la obra se ha acabado?». Respuesta contundente: «—Cuando la firmas, aunque siempre piensas que podrías haber puesto has más o haber quitado alguna cosa. En fin, ¡se acaba cuando ya no le puedes quitar nada más!».
Las descripciones biográficas caracterizan a Josep Cruañas como «un pintor impresionista con tintes abstractos, que transmite una vaporosidad especial dentro de una atmósfera muy húmeda» (basta con ver alguna de sus obras para comprobar esa certera descripción). Pero, «—¿De dónde salen el color y la tonalidad oscura de su pintura?». El pintor respondió: «—En mi paleta pongo blanco, amarillo y naranja, y me salen estos colores oscuros. ¡Es mi gama!, ¡mi lenguaje!, y a ello no puedo renunciar».
